28 abril 2009

El sacrificio de Orestes para callar a Freud


¡Cometimos un error!
Esa fue la consigna
y de nada sirvió
ambos hermanos corrieron con miedo
pero solo uno sufría por su pecado.
¡Muerte a la matriz!
Esa fue la consigna
perdió la inocencia
y se ganó la culpa
todo eso vivió, el hijo del padre.
¡Las Erinias no perdonan!
Esa fue la consigna
Excepto si es que tienes la gracia de una diosa
como si la tuviste
pero aun así, era tu madre
y tu mano no dudo.

1 comentario:

Roy dijo...

wau jorgin!

tay mas productivo que maniaco psicotico
la raja tus creaciones
sigue asi
esa es la consigna

un abrazo