28 abril 2009

Cassandra... la madre de lo místico


Adivina desdichada
tú desgracia fue el haber nacido
y haber sido amada por alguien de tanto poder
Tú no supiste lo que era la fidelidad
y él te condenó de por vida.
Nada supiste hacer bien,
pues nadie te creyó...
más tú sabias todo cuanto ocurriría...
¡Terrible predicamento!
para quien muere,
a sabiendas de cómo, cuándo y dónde ocurrirá...

No hay comentarios: